Cuando en la edad de piedra, nuestros antepasados descubrieron el fuego, y los aromas de maderas quemadas, su primera intención fue la de ofrecerlos a los dioses. Desde los altares y dólmenes enviaron el humo de resinas y de maderas olorosas hacia el cielo para complacer " per fumum" (por medio del humo) a los desconocidos poderes celestiales. Este ritual dió su nombre al perfume.

Las escrituras más antiguas de los sumerios que se conservan desde hace más de 5.000 años, mencionan ya los perfumes, los aceites y los ungüentos aromáticos.

En el antiguo testamento Moisés recibe la orden de mezclar extractos de la más fina mirra y canela, ácoro y cinamomo con aceite puro de oliva para preparar un bálsamo sagrado. Más tarde, los sacerdotes serían ungidos con bálsamo aromáticos, así como los emperadores, los reyes y los altos funcionarios, para distinguirlos de la gente común.

Los egipcios asociaron el perfume con la inmortalidad. En aquellos tiempos, la vida religiosa se entremezclaba con la cotidiana. Se utilizó profusamente ya no sólo por motivos religiosos, sino también por estéticos y sociales.

Después de las conquistas de Alejandro Magno, los aromas de Egipto y de Oriente inundaron Grecia. Las perfumerías Griegas eran encuentros de reunión donde se discutía incluso asuntos políticos. Los Griegos, con su gran sentido de la estética y del arte crearon frascos de formas especiales para los ungüentos, aceites y las esencias. Muchos de esos frascos aún pueden admirarse en los museos de todo el mundo.

Los Arabes siguieron practicando las artes refinadas de la perfumería. Incluso inventaron la destilación y se les atribuye la exquisita Agua de Rosas. La Rosa, el Almizcle y el Ambar fueron las fragancias predilectas de los Arabes y, hasta hoy, estos tres productos entran en la composición de los perfumes de gran lujo.

La influencia de los Arabes transmitió a España una gran atracción por las flores, los frutos, los jardines y, naturalmente por los aromas, y la perfumería Española, experimentó un notable desarrollo.

Por mediación de España y de las cruzadas se introdujeron los perfumes en Europa, donde se hizo costumbre por aquella época la ablución perfumada cotidiana.

Los viajes de los grandes aventureros Cristóbal Colón y Magallanes al Nuevo Mundo, contribuyeron al conocimiento de nuevas sustancias aromáticas. Los esfuerzos para obtener estas mercanciás fueron conocidos como la Guerra de las Especias que duro casi 200 años.

El verdadero arte de la perfumería empezó en el siglo XV. Con el renacimiento el hombre volvió a redescubrir la vida sensual. Los siglos siguientes XVI y XVII, vinieron a ser como la edad de oro de los perfumes. La ciudad de Grasse, de origen Arabe, se convirtió en el centro de la perfumería Francesa.

Las experiencias obtenidas respecto al poder curativo de la lavanda, durante el periodo de la peste, motivaron que los Ingleses, hacia finales del siglo XVIII, hiciesen los primeros intentos de producir una agua de lavanda, la cual, más adelante se convertiría en toda una especialidad Inglesa.

A principio del siglo XVIII se marcó un hito en las historias del perfume gracias a la fabricación del " Agua de Colonia ", de efecto refrescante y estimulante.

Gracias a la química orgánica, la moda y el comercio, la perfumería artesanal se convierte en Industrial. El mundo de la perfumería ha alcanzado un desarrollo tan considerable que se ha convertido en una rama imprescindible para el hombre moderno, con la que completa una imagen de higiene, de buenas costumbres y de abundancia, así como por su efecto seductor.

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El perfume es una combinación de olores naturales y sintéticos puestos en una solución alcohólica. La perfurmería es el arte de combinar de forma sutil y precisa estas sustancias aromáticas, con el fin de lograr una mezcla armónica, homogénea y persistente, que resulte agradable. Una fragancia sugestiva, original y duradera es el secreto de todo buen perfume.

Alrededor de 10.000 esencias forman las bases de los perfumes y se pueden clasificar en tres grupos: las vegetales, las animales y las sintéticas. La naturaleza brinda de 700 a 1.000 materias primas. Las plantas ofrecen prácticamente todas sus partes: Flores (jazmín, nardo, rosa, tuberosa, jacinto, lavanda), Hojas (pachulí, estragón, menta), Frutos (limón, naranja, mandarina), Semillas (coriando, pimienta, apio, perejil), Raices ( vetiver, iris, jenjibre), Madera (sándalo, cedro), Corteza (canela, nuez moscada), Bálsamo ( benjuí, bálsamo del perú), Resinas (gálbano, mirra, opóponax), Musgos (musgos de enzina, musgo de pino) y las algas marinas.

Hay procedimientos para extraer los elementos olorosos de los vegetales: La destilación mediante el vapor, la extracción de las sustancias solubles volátiles y exprimiendo los frutos. El método más moderno es la extración mediante disolventes que tienen como resultado el concreto, un producto muy aromático, parecido a cera. Se mezcla con alcohol, se filtra y se guarda helado. A continuación se evapora el alcohol y se obtiene el absoluto.

Las materias primas naturalez son muy costosas, ya que se necesitan grandes cantidades de la mejor calidad para obtener la esencia. Para lograr un gramo de esencia absoluta de jazmín, por ejemplo, se requiere 5.000 flores recogidas cuidadosamente a mano. La esencia natural del jazmín esta compuesta de 600 cuerpos químicos distintos de diferente volatilidad.

Las esencias animales que se incorporan a los perfumes son el almizcle, el ámbar gris, el castóreo, y el civeto.

El almizclees la secreción provocada por el celo en el ciervo almizclero, que vive en rebaños en las montañas del Himalaya y del Tibet. Se utiliza también otro tipo de almizcle más barato que procedede la rata almizclera de américa del norte.

El ámbar gris es un cálculo que se forma en el intestino del cachalote, mamífero marino parecido a la ballena.

El castóreo proviene de una especie de castor que tiene su hábitat en Siberia y Canadá, y sirve a los castores para atraerse mutuamente.

El civeto es una secreción mantecosa que se encuentra en una cavidad cerca de los órganos sexuales del gato algalia o de la civeta que vive en las zonas cálidas de Abisinia.

Así pues, casi todos estos productos animales van unidos al impulso sexual del macho y de la hembra. Se les atribuyen propiedades eróticas que refuerzan los atractivos, confiriendo una aureola de misterio y fantasia a la persona que las usa. El perfumista aprecia mucho estas esencias para elaborar los perfumes penetrantes, persistentes y cálidos.

Las esencias sintéticas químicas, se emplean en la mayoría de los perfumes modernos. Se trata de unos 9.000 cuerpos químicos que han ayudado a la evolución de la perfumería, enriqueciéndola de forma extraordinaria.

Paul Sabatier y Victor Grignare dos de los químicos exploradores de estos productos sintéticos, les fue otorgado el premio Nobel de química en 1.912.

En el mundo entero no hay más de unos pocos centenares de personas dotadas de una sensibilidad olfativa especial, una predisposición natural acentuada. Son los " hombres nariz ", los compositores de fragancias, como ellos prefieren llamarse, los artistas del olor o del aire, los que crean nuevos perfumes, los alquimistas de nuestra era.

El desarrollo de un olor, la disolución paulatina de las sustancias, se perciben en tres fases. La estructura de un perfume está basado en un triángulo, o, para hablar en términos musicales se interpreta en tres tiempos: Notas de salida o de cabeza, que se perciben en los primeros momentos de olor un perfume; Notas medias, que forman el cuerpo, el corazón o el tema como determinantes del perfume, y Notas base o de fondo, que retienen el recuerdo. Las primeras notas de salidas deben corresponder a productos volátines que generalmente se obtienen de los cítricos como el limón o la naranja. Las sustancias medias, como las flores, las especias, el romero, el tomillo, proporcionan el cuerpo y matizan los olores, resistentes y fuertes de las notas de fondo. Estas últimas son maderas, musgos, pachulí, iris, vainilla, vetiver, notas animales y aldehídos( productos químicos de nota grasa, cítrica y floral). Son muy poco volátiles, ya que deben permanecer y fijar el cuerpo del perfume.

El almizcle y ámbar, por ejemplo, de olor repugnante en estado primitivo, confiere una fragancia voluptuosa y carnal cuando se los modifica con otros olores auxiliares.

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Según el porcentaje de esencias y alcohol empleado, se obtiene:

Extracto o Perfume, que es la más concentrada de las fragancias líquidas y contiene la máxima cantidad de esencia pura, suspendida en alcohol. Unas pocas gotitas bastan para que el olor persista entre 4 a 8 horas.

Eau de Parfum, es algo más suave que el perfume. La cantidad de concentrados llega a ser mitad de la del extracto. El efecto es proporcionalmente menos duradero. El nivel de concentración llega a ser entre el 30 y 40 %.

Eau de Toilette, es menos perfumadas que el Eau de Parfum, y el porcentaje de concentración varía entre el 15% y el 20%. Los perfumes que conpramos normalmente en un almacén cualquiera, corresponden a este rango.

Eau Fraiche, tiene la misma estructura de Eau de Toilette, pero con una fragancia definida cítrica-floral-amaderada.

Eau De Cologne o colonia, es la forma más ligera y la más fresca de perfume. Posee la menor cantidad de aceites de esencia. Su nota es la menos fijada, la menos duradera y la más refrescante. el porcentaje puede variar entre un 10% y 12%.

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Un perfume puede gustarnos por afinidades o por contrastes, por nuestro estado de ánimo, por la estación del año y hasta por las horas del día. Existen mujeres que se esconden detrás de un perfume demasiado agresivo; hay otras más naturales y más originales, un matiz que subraye la personalidad con elegancia y discreción.

Una mujer tímida, soñadora o sentimental no eligir´ el mismo perfume que una mujer segura de sí misma, enérgica y audaz. Se podría decir que, en general, las fragancias frescas y verdes son las más aptas para los jóvenes, mientras que los aromas más acentuados y fuertes son apropiados para las personas de más edad. Así las pelirrojas suelen tener un olor más fuerte que las rubias y, por lo tanto, deberían usar perfumes secos, especiados y ásperos, evitando las fragancias dulces y muy sensuales.

Las fragancias elaboradas a base de almizcle, ámbar, civeta, tabaco, incienso y rosas, corresponden mucho mejor al tipo de piel de la mujer morena, mientras que a las rubias de piel blanca, les conviene las fragancias frescas, ligeras y estimulantes. Pero, en general, no hay reglas.

Según las sugerencias de un gran perfumista, no pruebes más de tres o cuatro aromas, no aspires el olor directamente del frasco. Ponte una gota en la piel, con preferencia en el dorso de la mano, en la parte interna de la muñeca o en la parte interior del codo.

No frotes un perfume al aplicarlo, eso "marea" al perfume. En tus manos tienes tu propio perfume, tienes grasa, sudor, has cogido dinero y cuando te han dado la mano para saludarte te han impregnado el perfume de quíen te saludó. Por eso no permitas que tu cliente se frote el perfume que le acabas de aplicar.

No acerques demasiado la nariz a la piel un aroma debe olerse a distancia. Dale tiempo para comprobar cómo se adapta a tu piel, a su acidez y calor. El perfume se despliega individualmente según la persona que lo utilice, contacto de la piel, tejido vivo que reacciona a toda modificación interna o externa. A veces el aroma se vuelve agrio porque no armoniza con el tipo determinado de piel.

Los perfumes florales y cítricos suelen cambiar, casi siempre a peor, en contacto con pieles muy ácidas ningún perfume huele igual en dos seres diferentes, porque el aceite del perfume se mezcla con el aceite del cuerpo y el olor es único.

Un perfume agradable en la piel de una amiga puede resultar desastroso en nuestra propia piel. Cuando sientas que una fragancia se funde con tu piel y armonisa completamente, cuando te atrae y te cautiva, entonces decídete por ella.

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Aquella gota del perfume personal, la que da el último toque a la higíene y al arreglo personal, la que redondea tu personalidad y te hace sentir bien, se aplica en poca cantidad.

El criterio de aplicación es donde late el pulso y, por lo tanto, donde se concentra más el calor como: Las Sienes, detrás de las orejas, en las muñecas, pliegue de los codos, rodillas y tobillos (cuidado con las medias finas; no toleran el perfume), en medio del busto, en la ingle y en la base de la nuca.

Si piensas tomar el sol procura no perfumarte o ponerte colonia; con algunas colonias corres el riesgo de manchar tu piel.

cuando se lave el cabello, aplique unas gotas a su cepillo para que al peinarse, el aroma se impregna en la raiz del pelo. Perfúmese el cabello antes de usar el secador.

Jamás se exceda al aplicarse una fragancia; porque por más fina que esta sea, sobresaturará su piel de tal manera, que los componentes del perfume ya no se perciban. Por lo general dos o tres aplicaciones al día serán lo suficiente. Es aconsejable colocarlo después del baño o inclusive después de la ducha aprovechando que los poros están abiertos y penetra más en la piel.

Los perfumes florales y cítricos suelen cambiar, casi siempre a peor, en contacto con pieles muy ácidas.

Un perfume agradable en la piel de una amiga puede resultar desastroso en nuestra propia piel. Cuando sientas que una fragancia se funde con tu piel y armonisa completamente, cuando te atrae y te cautiva, entonces decídete por ella.

hay perfumes de día y de noche y puedes combinarlos en un mismo día, por eso es aconsejable tener fragancias para distintas ocasiones. El perfume resulta todavía más estimulante, sino se usa siempre el mismo, año por año se puede y se debe cambiar.

Jamás aplique el perfume antes de salir de su casa, porque lo evaporará inmediatamente es aconsejable perfumarse díez minutos antes de salir, para que los poros absorvan bien el aroma.

Los perfumes Modernos son más ligeros que los del Oriente y se evaporan más facilmente. En climas fríos su perfume perdurará por más tiempo que en un clima cálido.

Un buen perfume perdurará aproximadamente cuatro o cinco horas. Por lo tanto se recomienda perfumarse unas tres veces al día.

Para lograr una fragancia más prolongada puedes untar las muñecas con aceite mineral y aplicar después el perfume sobre él, también puedes ayudar hechando unas gotas del perfume, mezclando con aceite de bebé no perfumado, al agua del baño.

No adquieras nunca un frasco que haya estado expuesto en el escaparate, ni lo quites de su caja protectora. El tiempo endurece el perfume y lo altera. Conviene utilizarlo por completo antes del medio año de la apertura del tapón. Evita los cambios de temperatura.